lunes, 14 de septiembre de 2015

¿Y si un trozo de madera descubre que es un violín?

Que cegado por el miedo,
no escuchaba su música interior.
¿No merece el empeño de ser tallado?
¿No debe ser moldeado
y encontrar así su propia felicidad?

O debe pasar su vida apilado en un pilón,
esperando con sus compañeros ser quemado,
por el fuego del tiempo...

¿No es la vida ilusión?
¿No es la vida oportunidad?
O sólo la conformidad de muchos.
El desencanto de regirnos por los ejemplos
de lo ya vivido.

Pobre trozo de madera.
En triste día descubre que es un violín.
Ahora duda su suerte.
Se cuestiona su existencia.
Se exige un sueño.

El invierno se acerca.
El fuego lo espera.
Sino se decide, formará parte él.

¿Y si lo intenta y fracasa?
Nunca sonará bien.

Pero al menos podrá decir.
Que fue violín
Y no leño, de un fuego
Que no era eterno.

 Arthur Rimbaud - Poeta Francés 1854 - 1891



¿Y TU ERES UN TROZO DE MADERA O UN VIOLÍN?

jueves, 10 de septiembre de 2015

¡Monja, yo ... ! ¿por qué no?

Quizás alguna vez alguien te ha dicho que tú tienes las cualidades para ser monja o quizás tú misma te has planteado de vivir con mayor exigencia tu vida cristiana. Hay a quienes les espanta la idea de responder a la llamada que sienten en su interior, ya sea porque tienen prejuicios contra la vida religiosa, ya porque piensa en el qué dirán su familia, sus amigos y conocidos. Otros en cambio no saben qué es ser monja, y monja de clausura, como lo somos nosotras,  o si existen otras formas de consagración, porque no han escuchado hablar del tema. Puede que suceda que te sientes llamada a dar tu vida entera no en el matrimonio sino en un camino que es para quienes Él quiere que le sirvan, como es la vocación.

  La vocación para la vida religiosa o sacerdotal, no es para todos. ÉL llama a quien quiere para una misión concreta, para bien de la misma persona y para todos los hombres. La vocación no es egoísta ni sofocante para quien lo tiene, sino que es libertad y donación, entrega al Amor sin límites. Dios actúa por nuestro medio para que todos los hombres lleguen al conocimiento de la verdad, por eso llama siempre a hombres y mujeres a vivir de una manera comprometida la misma vida que su Hijo vivió en la tierra entre nosotros. La vocación, por tanto es servicio y gratitud.

  E l que se siente llamado a seguir a Cristo en la vida consagrada y sacerdotal, ha de saber que es Dios quien le está llamando y para Él nada hay imposible. Te asistirá con su gracia en cada instante de tu vida, no te dejará solo. Confía en él y no tengas miedo en responder a su invitación. Entrégate como Jesús lo hizo por ti y por mí, y descubre la realidad de la felicidad: « Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé» (Jn 15,9- 13)

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Bodas de oro de Sor Mª José

Ayer una de nuestras hermanas celebraba los 50 Años de los votos simples y lo celebramos en comunidad, en un ambiente festivo, alegre y fraterno.
Os dejo unas fotos...




Hace 50 años...




Ahora (es la que esta mas cerca, la mas bajita)



La iglesia engalanada para la ocasión


El refectorio (comedor) vestido de fiesta



Endulzando el dia






Hermana que sigas siendo la luz de la fidelidad y nos alumbres a todas con tu Paz y tu Alegría


También vimos la película "De dioses y hombres" sobre el martirio de unos monjes
El sábado 19 la familia de Sor Mª José vendrá a celebrarlo con nosotras en una misa de acción de gracias y donde renovara sus promesas.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Desprenderse


¿Paso mucho tiempo en Internet?
 ¿Es provechoso para mi?
 ¿Seria bueno pasar algo menos de tiempo en Internet y dedicar mas a mi familia, al Señor?
 ¿Tengo una buena relación personal con mi gente? ¿Y con Dios?
 ¿Tendría que ser mas desprendid@?
¿En que pierdo el tiempo?
¿A que le dedico mas tiempo de lo que debo?
A los pescadores que Jesús llamó también le gustaban sus redes y pasaban mucho tiempo en ellas... a veces "Toda la noche (Lc 5,5)"
Esto era su vida y siendo tan importante lo dejaron ¿no podremos nosotros quitarle un poco de tiempo a Internet o a eso que me quita tiempo con Dios y los demás?









sábado, 5 de septiembre de 2015

Vocación de monja: ¿Cómo cultivar la posible vocación?


Lo importante es tu entrega diaria al Señor, tu confianza en Él, el deseo del seguimiento de Cristo -no crea un club de fans ni de admiradores, sino de seguidores-, el ir siendo fiel a lo que vas viendo, el escuchar, leer su palabra, el acudir a los sacramentos del perdón y de la Eucaristía donde él sale a nuestro encuentro. Es también un camino de amor, como un noviazgo, en el que te encontrarás feliz y harás feliz a los que te rodean. Que no te pierdas con las mil ofertas del mundo y menos con las ofertas que se te presenten de vida superficial o de pecado. El apóstol S. Pablo dice que en las cosas de Dios hay que andar con temor y temblor. Lo que ya sientes merece este cuidado y atención.

Cuando es Dios el que llama, lo hace de forma personal porque nadie puede responder por nosotros; y si la respuesta es afirmativa siempre surge algo nuevo y maravilloso en nuestra vida porque se llena de nuevas posibilidades. Es una llamada que va enlazada a una misión, a un servicio a la humanidad.

Para cultivar tu vocación necesitas oración, silencio, reflexión, de otra forma no se desarrollará. Coge la palabra de Dios, los evangelios o las cartas de S. Pablo… y leyendo una y otra vez escúchalas como Palabra de Dios dicha para ti. La Palabra de Dios hay que oírla desde la interioridad. Tu has sido amada por Dios hasta el extremo.

Hacerte monja es una decisión que va madurando en tu trato con Dios. Eso si, que en ti haya siempre disponibilidad para lo que Dios quiera.

Para tu propia reflexión puedes responder a esto:

¿cómo me encuentro yo en este momento de mi vida?, ¿cuál es mi relación con Dios?, ¿cómo le dejo que construya mi vida? ¿qué es lo que me mueve por dentro?

miércoles, 2 de septiembre de 2015

martes, 1 de septiembre de 2015

MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II PARA LA XVI JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Lc 9, 23).

Amadísimos jóvenes:

(...) "Si alguno quiere venir en pos de mí -dice-, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Lc 9, 23). Jesús no es el Mesías del triunfo y del poder. En efecto, no liberó a Israel del dominio romano y no le aseguró la gloria política. Como auténtico Siervo del Señor, cumplió su misión de Mesías mediante la solidaridad, el servicio y la humillación de la muerte.

Es un Mesías que se sale de cualquier esquema y de cualquier clamor; no se le puede "comprender" con la lógica del éxito y del poder, usada a menudo por el mundo como criterio de verificación de sus proyectos y acciones.

Jesús, que vino para cumplir la voluntad del Padre, permanece fiel a ella hasta sus últimas consecuencias, y así realiza la misión de salvación para cuantos creen en él y lo aman, no con palabras, sino de forma concreta. Si el amor es la condición para seguirlo, el sacrificio verifica la autenticidad de ese amor

3. "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Lc 9, 23). Estas palabras expresan el radicalismo de una opción que no admite tener miedo a si es que animo jóvenes.

Jesús camina delante de los suyos y a cada uno pide que haga lo que él mismo ha hecho. Les dice: yo no he venido para ser servido, sino para servir; así, quien quiera ser como yo, sea servidor de todos. Yo he venido a vosotros como uno que no posee nada; así, puedo pediros que dejéis todo tipo de riqueza que os impide entrar en el reino de los cielos. Yo acepto la contradicción, ser rechazado por la mayoría de mi pueblo; puedo pediros también a vosotros que aceptéis la contradicción y la contestación, vengan de donde vengan.

En otras palabras, Jesús pide que elijan valientemente su mismo camino; elegirlo, ante todo, "en el corazón", porque tener una situación externa u otra no depende de nosotros. De nosotros depende la voluntad de ser, en la medida de lo posible, obedientes como él al Padre y estar dispuestos a aceptar hasta el fondo el proyecto que él tiene para cada uno.

4. "Niéguese a sí mismo". Negarse a sí mismo significa renunciar al propio proyecto, a menudo limitado y mezquino, para acoger el de Dios: Éste es el camino de la conversión, indispensable para la existencia cristiana, que llevó al apóstol san Pablo a afirmar: "Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Ga 2, 20).


5. "Tome su cruz y sígame". En la enseñanza de Jesús esta expresión no pone en primer plano la mortificación y la renuncia. No se refiere ante todo al deber de soportar con paciencia las pequeñas o grandes tribulaciones diarias; ni mucho menos quiere ser una exaltación del dolor como medio de agradar a Dios. El cristiano no busca el sufrimiento por sí mismo, sino el amor. Y la cruz acogida se transforma en el signo del amor y del don total. Llevarla en pos de Cristo quiere decir unirse a él en el ofrecimiento de la prueba máxima del amor.

No se puede hablar de la cruz sin considerar el amor que Dios nos tiene, el hecho de que Dios quiere colmarnos de sus bienes. Con la invitación "sígueme", Jesús no sólo repite a sus discípulos: tómame como modelo, sino también: comparte mi vida y mis opciones, entrega como yo tu vida por amor a Dios y a los hermanos
. Así, Cristo abre ante nosotros el "camino de la vida", que, por desgracia, está constantemente amenazado por el "camino de la muerte". El pecado es este camino que separa al hombre de Dios y del prójimo, causando división y minando desde dentro la sociedad y queriendo quitarte tu vocación, tu felicidad.

Así pues, no tengáis miedo de avanzar por el camino que el Señor recorrió primero. Con vuestra juventud, imprimid en el tercer milenio que se abre el signo de la esperanza y del entusiasmo propio de vuestra edad.

Si dejáis que actúe en vosotros la gracia de Dios, si cumplís vuestro importante compromiso diario, haréis que este nuevo siglo sea un tiempo mejor para todos.

Con vosotros camina María, la Madre del Señor, la primera de los discípulos, que permaneció fiel al pie de la cruz, desde la cual Cristo nos confió a ella como hijos suyos. Y os acompañe también la bendición apostólica, que os imparto de todo corazón.



Vaticano, 14 de febrero de 2001