martes, 23 de agosto de 2016

El desafío del Papa en JMJ Cracovia 2016: ¡Jóvenes, no se jubilen antes de tiempo!

El Papa en la ceremonia de acogida con los jóvenes de la JMJ Cracovia 2016. Captura Youtube



Francisco dijo también a los jóvenes: “quiero confesarles otra cosa que aprendí en estos años. No quiero ofender a nadie. Me genera dolor encontrar a jóvenes que parecen haberse ‘jubilado’ antes de tiempo. Esto me duele. Jóvenes que parecen ‘jubilados’ a los 23, 24 o 25 años”.

“Me preocupa ver a jóvenes que ‘tiraron la toalla’ antes de empezar el partido. Que están ‘entregados’ sin haber comenzado a jugar. Me duele ver jóvenes que caminan con rostros tristes, como si su vida no tuviese valor. Son jóvenes esencialmente aburridos... y aburridores, que aburren a los otros; y esto me duele”.

El Santo Padre dijo asimismo que “es difícil, y a su vez cuestionador, por otro lado, ver a jóvenes que dejan la vida buscando el ‘vértigo’, o esa sensación de sentirse vivos por caminos oscuros, que al final terminan ‘pagando’…y pagando caro”.

Por eso, “queridos amigos, nos hemos reunido para ayudarnos unos a otros porque no queremos dejarnos robar lo mejor de nosotros mismos, no queremos permitir que nos roben las energías, que nos roben la alegría, los sueños, con falsas ilusiones”.

El Papa cuestionó luego a los jóvenes presentes: “queridos amigos, les pregunto: ¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos, plenos? ¿Vértigo alienante o fuerza de la gracia? ¿Qué cosa quieren, vértigo alienante o fuerza de la gracia?”

Para ser plenos, continuó Francisco, “para tener fuerza renovada, hay una respuesta que no se vende, que no se compra; una respuesta que no es una cosa, que no es un objeto, es una persona: se llama Jesucristo. ¡Un aplauso para el Señor!”

Jesucristo es un don, es un regalo del Padre, el don de nuestro Padre. Jesucristo es un don”, subrayó el Papa.


“Pero, Padre, alguno podría decir que es difícil soñar alto, es difícil salir y estar siempre en salida. Padre, yo soy débil, yo caigo, yo me esfuerzo pero muchas veces caigo. Los alpinistas, cuando salen a las montañas, cantan una canción muy bella, que dice así: en el arte de salir lo importante no es caer, sino no permanecer caído. Si tú eres débil, si tú caes, mira un poco alto y verás la mano tendida de Jesús que dice, ¡Levántate! ¿Y si lo hago una vez más?, otra vez, y ¿si caigo otra vez?, te levantas. Pedro preguntó y Jesús respondió, 70 veces 7. La mano de Jesús está siempre para levantarnos, ¿han comprendido?”

Para concluir, el Papa señaló: “aquí estamos, Señor. Envíanos a compartir tu Amor Misericordioso. Amén”.

miércoles, 10 de agosto de 2016

El amor es regalo y es construir. Etapas del amor



1«Te amo desde el primer momento en que te vi»

Esa etapa fuertemente influenciada por novelas para adolescentes, cuando decir en público cosas como  «por ti iría al Polo Norte en pantalón de deporte», no te da vergüenza. Crees que el flechazo es lo mismo que amor verdadero. 

¿Qué haces? Abres los brazos y te tiras en plancha.

¿Peligro? Que si eres un corazón con patas te la vas pegando por ahí sin remedio.


2«Ey, espera, esto hay que currárselo. Mucho»

Te has tirado en plancha porque sentiste en lo más fondo de tu ser que era amor verdadero. Pero de repente empiezan a surgir algunas dificultades… ahora aparece un regusto amargo-dulce…

¿Qué haces? Si no abandonas a la primera dificultad, puede que aprendas que lo que pasa es que el sentimiento, él solo, no hace nada; que es importante escuchar al corazón, pero que también tienes una cabeza para pensar y una voluntad y una libertad para elegir y decidir… te topas con la siguiente realidad: hay que arremangarse y hay que currárselo. Hay que aprender.

¿Peligro? Que acabes pensando que todo depende solo de lo que tú hagas o dejes de hacer. Que te olvides de que una relación es cosa de dos.

«El amor, como la vida, es regalo y es construir».

Y aquí llega la etapa —por el momento, hasta donde he descubierto— final: el amor es un don y el amor también es construir. No es solo una cosa que tú recibes, como una florecilla . Tampoco es amordazar al corazón con patas y dejar que sean tu inteligencia y tu fuerza de voluntad las que decidan a quién querer y cómo. No.
Cualquiera que haya experimentado un amor de los buenos, descubre que hay algo de regalo en el hecho de que esa persona esté en su vida, algo de misterio, algo de don. Y, sin olvidar esto, intuye que en el regalo hay mucho potencial, que no es una semilla que regar, sino las manos de un compañero con el que empezar a construir algo, entre los dos.

¿Qué haces? Los regalos se agradecen, no solo con palabras, sino también con obras. Construir el amor forma parte del agradecimiento.

¿Peligro? Que te vuelvas un ingrato exigente y que te olvides de construir, día a día.

domingo, 7 de agosto de 2016

¿QUÉ QUIERO CUANDO QUIERO SALIR CONTIGO?

Antes  de empezar a escribir versos de amor que ni Shakespeare, antes de pedirle una cita, párate, respira, y hazte una pregunta sencilla: «¿Qué es lo que quiero?».

«A ver —pensarás—, chorrada de pregunta. Sé lo que quiero: quiero salir con este chico / con esta chica. ¿Que por qué? Porque me gusta muchísimo y mi corazón palpita como una patata frita. ¿Como que para qué? Pues… para conocernos… salir juntos… estar juntos… ser novios…».
La cuestión puede parecer fácil ¿A qué tipo de amor quieres llegar?
En la adolescencia —por lo menos entre las chicas— se tiende a plantear otro tipo de pregunta: «¿Qué tipo de chico te gusta?», pero me parece un planteamiento erróneo. Volvamos a la pregunta: ¿a qué tipo de amor aspiras?, ¿cuál es la historia de amor que quieres vivir? ¿Una de quiero-estar-soltera-pero-contigo? ¿Una de amor romántico sin dificultades? ¿Tener a alguien que te invite a cenar, te lleve al cine y te escriba mensajes por las noches con un “I love you” seguido de emoticonos de ojos corazón? ¿Una de amor real, con enfados y reconciliaciones, una de empezar algo que pueda convertirse en un gran proyecto?
Segunda pregunta: ¿la otra persona querrá lo mismo? Tener un horizonte compartido ayuda mucho. Digo un horizonte. Un horizonte es algo amplio, abierto, sereno… 
Tercera pregunta: ¿Estoy preparado para empezar una relación?
  • Advertencia para corazones con patas: no confundir “estar preparado” con “me muero de ganas” 
  • Advertencia : una relación que conlleva un cierto compromiso no se puede tomar a la ligera, y lo sabes, pero tampoco hace falta que llegues al grado de madurez supino antes de empezar a salir con alguien.Claro que si estás en esa etapa en la que ni tú mismo te entiendes el 100% de las veces, puede que sea difícil intentar que alguien lo haga… Y entenderse es importante. 
Ya te has parado. Has respirado. Te has auto-preguntado y has sabido responder a las preguntas. Es hora de escribir versos al más puro estilo Neruda, de buscar la manera de acercarte más a esa persona y, tal vez, del primer café.
«¿Pero cómo le voy a pedir así un café, de repente, sin más, qué va a pensar?».
Como dice mi amigo Jon: «Un café no es una propuesta matrimonial».

miércoles, 3 de agosto de 2016

Testimonio hermano Rubén Darío





Mi nombre es Rubén. Soy religioso pasionista. Mis estudios de primaria los realicé en un colegio de las Hermanas Franciscanas de la Madre del Divino Pastor que siempre estaban pendientes de nuestra formación cristiana, cosa que me marcó muchísimo y que ahora les agradezco enormemente. Mis padres no eran practicantes. A los 12 años hice mi Confirmación, animado por mi abuela materna.

Cuando inicié el cuarto año de secundaria conocí a un grupo juvenil misionero. Me inscribí y empecé a tener contacto con una realidad que hasta ese entonces era desconocida para mí.  En Agosto de 1991 realicé mi primera misión popular. Fueron 30 días que me cambiaron de tal manera que empecé a desear hacerme sacerdote.

Tenía que hacer algo, me sentía capaz de ayudarlos desde lo poco que pudiera darles. Mi primera opción siempre fueron los jesuitas, pero todo ello cambió cuando conocí al P. José Manuel León: un pasionista venezolano que me impactó. ¿Pasionistas? ¿Y quiénes eran? Ni me imaginaba que existían. “¿San Pablo de la Cruz? ¡Están equivocados, es San Juan de la Cruz!” decía sin pensar que el equivocado era yo. Una frase: “la Pasión de Cristo es la obra más maravillosa del Amor de Dios”. Ése fue el gancho, con eso empezó el cambio; fue como amor a primera vista. 

 Inicié el proceso vocacional con José Manuel durante un año. En aquel entonces tenía 18 años y ya estaba en la universidad. Ingresé al postulantado pasionista en el 1995.  Estudié los dos primeros años de filosofía  e inicié el noviciado, pero no completé el año. Salí, por decisión propia y, regresé a casa. Los meses siguientes fueron de profunda tristeza, desolación y frustración. No quería saber absolutamente nada de Dios.

Murio mi hermano de 15 años en 1999, se deshizo mi familia yo me gradué con honores, me fui a la capital llegue a tener mi propia empresa a veces asistía a Misa otras veces faltaba durante meses, la oración personal nunca la perdí pero me sentía vació...todo esto ocurrió en 11 años.

Despué apareció el P. Valentín, un viejo conocido pasionista, que contactó conmigo y me ayudó a aclarar las cosas. 

Tras un tiempo de discernimiento, el 14 de Septiembre de 2010 inicié mi noviciado en la ciudad de Daimiel, Ciudad Real. Jamás en mi vida me sentí tan tocado por Dios. Fue un año que me cambió por completo. El 15 de Septiembre de 2011 realicé mi profesión temporal. ¡Por fin! ¡Soy Pasionista! recuerdo que durante casi toda la celebración litúrgica lloraba de felicidad, de emoción, de alegría.
¡Gracias Señor, porque a pesar de saber lo poco que soy, me haces fuerte, me transformas y me amas tanto que me llamas a consagrarme a ti, a tu Reino y a tu Iglesia!