lunes, 5 de noviembre de 2012

La evangelización de los jóvenes ante la "emergencia afectiva" (Mons. J.I. Munilla)

"Solemos repetir con frecuencia que para poder dirigirnos al joven de nuestros días, necesitamos primero conocerle. Pero, ¿cómo le podemos llegar a conocer? La tentación sería recurrir exclusivamente al estudio sociológico o a las encuestas: “¡Vamos a ver cómo están los jóvenes de hoy...!” Ciertamente eso es necesario, y basta ver el vídeo precongresual producido por Juan Manuel Cotelo, que se ha difundido con tanto éxito por las redes, con el título de “También vosotros daréis testimonio”.

En él se aborda con realismo y sin miedo a la verdad, la situación de partida ante el hecho religioso del joven actual. Pero si queremos conocer al joven de nuestros días, tenemos que ir más allá del dato sociológico. Necesitamos conocer en profundidad a Jesucristo, ya que solo en Cristo conoceremos en profundidad al joven.
Esta clave teológica es importantísima para poder interpretar lo que nos dicen las encuestas. Y aunque soy consciente de que a quienes no tengan fe les costará entenderlo, conviene recordar que esta convicción enlaza con lo mejor de nuestra tradición espiritual. Por ejemplo, en el Siglo de Oro Español decía la propia Santa Teresa de Jesús: “A mi parecer, jamás acabamos de conocernos si no procuramos conocer a Dios”.

Hace cincuenta años los padres conciliares reunidos en el Concilio Vaticano II, proclamaban: “Bajo la luz de Cristo, imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, el Concilio habla a todos para esclarecer el misterio del hombre.” (‘Gaudium et Spes’ nº 10). Pues bien, medio siglo después, este Congreso de Pastoral Juvenil reunido en Valencia, vuelve a reconocer y a proclamar: ¡En Cristo, y sólo en Él, se revela y se descubre el corazón del joven!
Uno de los motivos principales por el que nos está costando tanto que el Evangelio resuene en el corazón de los jóvenes, es porque nosotros mismos tenemos todavía un déficit importante para llegar al Corazón de Cristo, y conocer en Él su designio de misericordia hacia todos nosotros, jóvenes evangelizadores y jóvenes evangelizados. Y es que verdaderamente necesitamos conocer la realidad joven desde Cristo y en Cristo, porque como decía San Bernardo: “El desconocimiento propio genera soberbia, pero el desconocimiento de Dios genera desesperación”.....

SI ERES UN CATEQUISTA O ANIMADOR DE JÓVENES EN LA FE, O UN JOVEN CON GANAS DE PROFUNDIZAR EN LA FE, MERECE LA PENA QUE TE LEAS LA PONENCIA COMPLETA EN ESTE ENLACE: