domingo, 29 de enero de 2017

Los 8 consejos de Jesús para ser feliz (comentario al Evangelio)


“Dios no existía para mí porque yo era Dios”

Me llamo Esther, tengo 19 años, soy estudiante de enfermería y pertenezco a una familia numerosa dentro del “Camino Neocatecumenal”.
Mi vida se marcó desde pequeña por una frase: “si eres perfecta, todos te querrán”.
Asumiendo esta lógica con la que el mundo te bombardea, comencé a centrar mi vida en ser perfecta hasta el punto de endiosarme y pensar que realmente lo tenía todo: cuerpo, cara, chicos, notas, ropa, amigos, fiestas…
En este plan Dios no existía para mí porque yo era Dios. Hasta que un día una persona importante para mí, me dijo que yo era perfecta pero que no me quería. Y algo se rompió en mí. Destruyó lo que hasta ese día había sido mi motivo de levantarme cada mañana y empecé a ver que nada me llenaba y lo odiaba todo. Y tras un tiempo así, con sólo 13 años me quise suicidar.
A esa edad yo había escuchado unas catequesis de adultos para entrar en mi propia comunidad dentro de “El Camino” pero nunca me había parado a pensarlas hasta que empecé a experimentar que estaba muerta por dentro. Recordé que en esas catequesis se me dijo: “Dios te ama tal y como eres”. Así que por primera vez, me sorprendí hablando con Dios. Le reté: “Si existes y me amas, dame un motivo para vivir”. Cada mañana y cada noche le retaba con lo mismo e incluso comencé a escuchar las lecturas en la eucaristía para ver si era cierto que Dios me hablaría a través de ellas. Y lo hizo. Y yo empecé a sentir la iglesia como un imán que me atraía cada vez más. Sin darme cuenta, encontré mi sentido de vivir, ÉL. Y mi vida cambió porque dejé de mendigar vida a todo lo que el mundo te ofrece.
No soy perfecta, peco y Dios me vuelve a acoger una y otra vez a través de la Iglesia y la Virgen. Pero hoy puedo decir que no he encontrado nada que merezca más la pena que Dios.
“Él ha derramado su sangre para ganar tu corazón”  Edith Stein.

domingo, 8 de enero de 2017

La santidad

Este vídeo se titula la santidad, os lo pongo por que es muy motivante para tomar las riendas de nuestra vida, y que sepáis que la vocación tiene el mismo camino.



martes, 3 de enero de 2017

Desfile De Antifaces Fernando Delgadillo


Ya hace tiempo que asistí disfrazado
a unas mascaradas que fui invitado
modelé antifaces tan coloridos
como los tonos de los vestidos
que usaba a diario como disfraz
para verme tal como los demás.

Para verme como querían mirarme
ponía a mi silueta cualquier alarde.
Como era galante el hombre floral
me adorné las ramas muy natural.
Para el que me vio parecí normal
en esos desfiles de carnaval.

Entre las parejas que iban
girando un día le encontré.
Bella como media luna
que alumbra al oscurecer.
Convidé a la danza
a la dama luna del antifaz
que ella usaba para
que se pensara, que era su faz,
pero al descubrir su semblante
nada hallé detrás.

Me asusté al mirar su cara vacía,
dijo así son todos ,¿no lo sabías?
Con un gesto dulce mas que elegante
mi luz nocturna se hizo menguante
luna que al fin desapareció.
Al amanecer de mi comprensión.

Fui a buscar a aquel que he llamado amigo.
Bajo el antifaz nadie hallé conmigo,
Busqué entre las poses, los comediantes,
entre los diestros y principiantes
que actúan al rostro del soñador
y ese rostro sólo lo tenía yo.

De entonces a acá
me despojo a diario del antifaz,
que hizo la costumbre
de un maquillaje tan pertinaz.
Como la canción desenmascarada
me muestro a aquel,
que acaso no gusta de lo que
mira cuando me ve,
o hasta se incomode si no ve a nadie
dentro de él.

Ahora ya no voy desenmascarando
cuando encuentro que alguien
se emboza actuando.
Cuando engañan en su felicidad
sólo veo remedos de humanidad.
Lo que podrían haber sido y no son
entre vanaglorias y compasión.

Lo que soy yo mismo no puedo verlo
lo que veas de mí, no puedo esconderlo
ni siquiera cargo con mi armadura
el que pueda herirme hallará en mi hechura
sangre mestiza sin condición,
que mantiene abierto mi corazón.