jueves, 21 de enero de 2010

La dirección espiritual

Levántate y vete, a Damasco, allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas. Hch 22,10
La dirección espiritual no es, en realidad, un paso más en el proceso de dis­cernimiento vocacional; es un recurso que puedes aprovechar en cada uno de los pasos.
El director espiritual te motivará a orar y a percibir los signos de la volun­tad de Dios; te indicará dónde obtener la información y te ayudará a reflexio­nar En el momento de la decisión se alejará de ti para que tú, frente a Jesús, li­bremente respondas a su llamada. Te ayudará a que te prepares conveniente­mente para ingresar en una casa de formación. Su oración y sacrificio por ti te alcanzarán del Espíritu Santo, la luz para descubrir tu vocación y la fuerza pa­ra seguirla.
Si bien es cierto que la vocación es una llamada de Dios que nadie puede es­cuchar por ti ni responder a ella en tu lugar, también es cierto que necesitas de alguien que te acompañe en tu discernimiento vocacional.
Es fácil hacerse ilusiones: podrías creer que es un llamado de Dios lo que tal vez sea sólo un deseo tuyo, o bien podrías pensar que no tienes vocación cuan­do en realidad Dios te está llamando. Dialoga con tu director espiritual para clarificar la autenticidad de tu vocación.
Jesucristo, después de habérsele aparecido a Pablo en el camino de Damas­co, le dijo que fuera con Ananías y que éste le indicaría cuál era la voluntad de Dios. Aunque Cristo hubiera podido decirle a Pablo lo que quería de él, quiso valerse de Ananías para hacerle descubrir su vocación (cf Hch 22, 10-15).
En el discernimiento del proyecto de Dios sobre ti no puedes prescindir de la mediación de la Iglesia.
Descubrir tu vocación no es fácil, pero tampoco es imposible Si con since­ridad te pones a buscar la voluntad de Dios y realizas los pasos que aquí te su­giero, creo que podrás encontrarla.
De muchas maneras Dios te está revelando la manera como quiere que co­labores en la instauración de su reino. El es el más interesado en que tú descu­bras y realices tu vocación. Por eso haz oración, dialoga con tu director espiri­tual, percibe, infórmate, reflexiona, decídete y actúa.

1 comentario:

  1. Me da mucho gusto Daniella que hallas encontrado tu lugar en la Iglesía.
    Le pido al Divino Maestro, Jesús de Nazareth, que te instruya desde adentro, que te conceda el discenimiento y la sabiduría para que puedas responder de manera generosa a su llamada.
    Cultiva siempre ese tesoro que Dios ha puesto en tus manos; sea nuestra santísima madre, la mujer modelo de tu vocación.

    No dejes de escuchar la voz de Dios, aun en medio de este mundo lleno de ruidos, El sigue resonando en nuestros corazones.

    Recuerda "mas allá de los miedos, más allá de la inseguridad, puedes darle tu respuesta, diciendole: aquí estoy para hacer tu voluntad"

    Si Dios te llama, el te capacitará para responder.

    Dios te bendiga

    Ingris Flórez

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