viernes, 10 de diciembre de 2010

Renovarnos desde la Palabra

Si el Adviento debe ser un momento de renovación en nuestra fe, en nuestra vida cristiana, porque el que espera se prepara, el Papa Benedicto XVI nos ha mostrado un camino seguro para renovarnos: la Palabra de Dios.
Con la exhortación Verbum Domini -La Palabra del Señor- que fue publicada el pasado 11 de noviembre, ha querido recoger las propuestas del Sínodo de los Obispos del año 2008, dedicado a la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia.
El Papa cree que, pese a los grandes avances que se han vivido en la Iglesia Católica en todo lo referente al acceso a la Biblia y su conocimiento, hoy vivimos una situación de estancamiento y rutina. Situación que es aún peor entre los católicos españoles que en el resto, teniendo en cuenta que todas las estadísticas no sitúan a la cola en cuanto a lectura, conocimiento y familiaridad con las Escrituras sagradas.
¿Será ésta una de las causas profundas de nuestra falta de empuje evangelizador, de nuestra perezosa reacción ante el secularismo virulento o de la sequía vocacional?

Podría ser, ya que Benedicto XVI espera del encuentro de los cristianos con la Palabra, nada menos que una “nueva primavera de la Iglesia”, usando sus mismas palabras.
Él pretende que la Palabra divina sea revalorizada en la vida de la Iglesia a través de múltiples iniciativas, de la catequesis, de la predicación, de los medios de comunicación, de los grupos y comunidades, a fin de que sea realmente el corazón de toda actividad eclesial.
¿No podría ser un buen propósito para este Adviento volver a coger una Biblia, a leer algún fragmento, a meditar y orar con él?
Si comenzamos a perder el miedo a la Palabra, a entrar en amistad y comunicación con ella, veremos que es el mismo Jesús el que nos estaba esperando en el texto bíblico, el que sale a nuestro encuentro.
Y la Palabra, que quizá todavía nos parece sólo letra, irá tomando vida, haciéndose carne.
Este año podemos celebrar la Navidad de la Palabra: "la Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que la Palabra esté a nuestro alcance” (Verbum Domini nº 12).
Rubén García P.

1 comentario:

  1. Será que tanto tiempo no se permitió que se leyera la Biblia, que eso ha fomentado la costumbre de no leerla. No ocurre así entro los evangélicos.
    Coger esa costumbre ahora, les va a costar un poco tiempo.

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