Tu vocación no tiene nada que ver con tus defectos, imperfecciones o caídas. Jesucristo no llama a los santos, a los puros, a los indefectibles. Según nos dice el Evangelio, llama a quien quiere y entre esos encontramos a unos mejores y a otros peores, a todos llenos de miserias y defectos. La vocación es un don gratuito y no un premio a los méritos. Por ello, no te apoyes en tus fallos e imperfecciones para poner en duda el llamado de Dios. Piensa en que Dios te ha amado mucho, no por tus cualidades, sino por pura bondad gratuita.
hola, os encontre porque el Señor quiso que pasara por aqui, este escrito me ha dado la respuesta a mi problema, un conflicto que en estos dia me ha hecho sufrir muchísimo, debido a opiniones fuera de mi que me han hacho mucho daño, en mi camino a Dios, camino que recorro como puedo, pero con todo mi corazón porque un día El puso sus ojos en mi alma que es muy pequeña y llena de apegos . GRACIAS
ResponderEliminar