miércoles, 8 de julio de 2009

10 consejos para animadores vocacionales

Para todos los enamorados de la animación vocacional, que consideramos que podemos ser, por pura gracia, colaboradores con el Dueño de la mies, que no cesa nunca de llamar, ahí van estos 10 consejos de la animación vocacional. Están escritos para los misioneros claretianos, pero sirven perfectamente para cualquier carisma o comunidad.

• “Vivir con mayor radicalidad el seguimiento de Jesús en la comunidad misionera es la primera condición para una pastoral vocacional efectiva”.
• “Toda pastoral, y de un modo especial la pastoral juvenil, ha de ser vocacional en cuanto ha de acompañar a las personas hacia una opción por Jesús y por el Reino”.
• “Nos preocupa la calidad de nuestra vida y ministerio y su capacidad de convocar a otros, y la necesidad de definir una pastoral juvenil-vocacional que sea capaz de despertar la inquietud vocacional en los jóvenes y acompañar los procesos de discernimiento”.
• “Hay claretianos que no están verdaderamente preocupados por la pastoral vocacional. Ciertamente rezan por las vocaciones y quisieran que llegaran más abundantes a nuestra comunidad, pero esto no se acaba de traducir en unas acciones concretas que expresen su profunda preocupación por este tema”.
• “Se hace más difícil la pastoral vocacional cuando no existe claridad en torno a la identidad y al modo de expresarla”.
• “Deberemos revisar si la dimensión vocacional está suficientemente presente en nuestros proyectos y actividades pastorales. Tendremos que preguntarnos si estamos dispuestos a invitar a los jóvenes a considerar la posibilidad de vivir el proyecto de vida misionera claretiana y si estamos abiertos a acogerlos en nuestras propias comunidades. No podremos dejar de revisar la vida de nuestras comunidades para hacer de ellas signos claros de fraternidad y plataformas poderosas de iniciativas misioneras, espacios atrayentes para quienes se plantean el seguimiento de Jesús en la vida consagrada”.
• “Hoy más que nunca constatamos la necesidad de articular mejor todas las formas de vivir la vocación cristiana para se¬guir anunciando el Evangelio en nuestro mundo”.
• “Es justo también que nos preguntemos sobre nuestro modo de vivir el Reino y sus valores, sobre cómo nuestra comunidad se hace transparencia de ellos y es capaz, por lo tanto, de atraer a quienes los buscan con un corazón sincero”.
• “¿Qué nos pasa? ¿Por qué nuestra vida y nuestras comunidades no se convierten en una invitación para aquellos jóvenes que quieren vivir más radicalmente el seguimiento de Jesús y buscan unos espacios y estilos comunitarios que les ayuden a profundizar su camino de fe, les ofrezcan una gozosa experiencia de fraternidad y una dinámica plataforma apostólica?”
• “Hay que saber dedicar tiempo a los jóvenes con inquietudes religiosas, aunque sean pocos. Y esto cuesta. Sin encuentro con el joven, sin un compromiso por acompañarlo en un camino de profundización de su experiencia de fe, sin una disponibilidad a ayudarlo en sus búsquedas, sin audacia para plantearle las preguntas fundamentales en torno al sentido de la vida y a su proyecto de futuro, difícilmente tendremos vocaciones”.

P. Josep Mª Abella cmf
Superior General

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