jueves, 18 de febrero de 2016

Testimonio misionero

"En abril del 2016 haremos 50 años que llegamos a esta tierra del Camerún,  a una pequeña misión en plena selva tropical.

Yo entré en la Congregación al acabar mis estudios de medicina en el Congo RDC, y tras los años de noviciado y juniorado en España, he estado casi toda mi vida en Camerún. Desde joven sentí esa llamada a ser misionera y a salir de mi tierra hacia este pueblo africano. Estudié medicina para poder ayudar en algo que me parecía una necesidad básica del ser humano y este deseo se ha hecho realidad: con tantos enfermos, niños, adultos y ancianos, enfermos de paludismo, de Sida, tuberculosis, paliativos, etc. ; muchos han salido adelante y otros se han muerto en mis manos, cuidados y acompañados con los límites humanos que todos tenemos y las limitaciones técnicas que vivimos aquí.

Desde el inicio las misioneras teníamos  el deseo de compartir nuestro carisma con las jóvenes africanas, pero en los primeros años se pedía a las congregaciones de orientar sus vocaciones hacia los Institutos diocesanos nativos. Ahora tenemos varias jóvenes que quieren ser religiosas de nuestra congregación. Por eso además de mi labor como médico, desde hace 6 años la Congregación me pidió ocuparme del acompañamiento y de la formación de las jóvenes junioras. Son varias las jóvenes que acaban de hacer los primeros votos tras el noviciado y hacen sus estudios de teología u otros estudios para prepararse a la misión.

Mi misión, junto a otras dos hermanas,  es intentar ayudarlas a crecer en todos los aspectos de  su vida religiosa, en el conocimiento de nuestra Congregación y en la integración de su vida para vivir felices su opción.

Rosario García,
misionera en Camerún.

No hay comentarios:

Publicar un comentario